MALDITO SEA; "Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo" (monografía)
Índice
I- Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3
II- Toby Dammit . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
III- El efecto de las palabras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
IIIA- La elección de las palabras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8
IV- Ley de atracción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8
V- Profecía autocumplida o efecto Pigmalión . . . . . . . . . . . . . . . . .10
VI- Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
VII- Bibliografía/ webgrafía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
I- Introducción
Edgar Allan Poe nació en el año 1809 y fue un poeta, periodista, narrador y crítico estadounidense, uno de los mejores cuentistas de todos los tiempos. Es célebre a nivel internacional por ser uno de los grandes representantes literarios del romanticismo y por ser pionero del género policiaco. También se le otorga el título de fundador del género literario de terror. Pero a pesar de esto, Poe tuvo una vida realmente espantosa y sus experiencias personales fueron de gran inspiración en muchos de sus cuentos. A mi modo de ver, la muerte parecía seguirlo: primero sus padres biológicos cuando él tenía solo dos años, luego su madre adoptiva y, por último, su esposa y prima, Virginia Clemm. Yo considero que todo esto lo impulsó a un camino oscuro, un camino solitario en el que desarrolló una afición por el juego y el alcohol. Bajo los efectos del opio1 Poe escribe sus cuentos, como, por ejemplo, “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo”2.
“Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo” surge a partir de una acusación que Edgar Allan Poe recibió, le habían dicho que sus cuentos no poseían una moraleja, pero el autor no la dejo pasar y escribió este cuento donde la moraleja se encuentra explícita en el título; es evidente que cada autor tiene su forma de escribir y de expresarse, pero todas las historias tienen una moraleja, quizás hay que buscarla, pero siempre va a estar. Esta idea es la que Poe reprocha al inicio del cuento:
“Por lo tanto, no hay motivo para la acusación que ciertos ignorantes me han hecho: que jamás escribí un cuento moral, o más precisamente un cuento con moraleja. No son ellos los críticos predestinados a hacerme salir a la luz y a desarrollar mis moralejas, ése es el secreto. Tarde o temprano el North American Quarterly Humdrum los hará avergonzar de su estupidez. Entretanto, para aplazar el ajusticiamiento y mitigar las acusaciones contra mí, ofrezco el siguiente y penoso relato, una historia cuya moraleja no puede ser cuestionada en absoluto ya que uno puede leerla en las letras mayúsculas que forman el título del cuento.”
“Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo” es un relato muy breve que creo que desde el inicio sabemos cómo va a acabar, pero eso no quita que está bien escrito y se disfruta bastante. Este texto no es un relato terrorífico, como los que Poe suele escribir.
El relato comienza anticipando la muerte de Toby Dammit3, inicia con la historia de la infancia de Toby, un pobre chico, que recibía golpes diariamente por parte de su madre, para ella, los bebés, como la carne dura, mejoran si se los golpea; si me preguntan a mí, una locura. Pero sucede que la mujer era zurda, entonces cada vez que el niño recibía un golpe en lugar de “mejorarlo”, lo convertía en malvado y maleducado. Siendo así porque el mundo gira de derecha a izquierda, entonces golpearlo hacia el lado contrario profundiza aún más la maldad.
Toby era muy pobre y adicto al alcohol, al juego y a las apuestas. Apenas podía decir una frase sin relacionarla con una propuesta de juego, aunque no apostaba en serio, para él eran solo expresiones, frases que se le ocurrían, por supuesto que nadie le tomaba la palabra. Pero el narrador consideraba que esos hábitos eran inmorales, vulgares y desaprobados por la sociedad; opinión la cual comparto, pero al parecer Toby no, porque cuando el narrador le hacia un comentario en pos de ayudarlo, su mecanismo de defensa era un insulto o una amenaza.
Como era de esperar, la pobreza era otro vicio que Toby había heredado de su madre, por esta razón las apuestas que él hacía eran cada vez más peculiares. Hasta que un día sus numerosas apuestas se transformaron en una sola: “Le apuesto mi cabeza al diablo”, hábito que en lo personal me resulta sumamente peligroso e innecesario. Allí, el narrador, comenzó a preocuparse por su amigo y se propuso despertarlo para que tomara conciencia. Pero en el intento, Toby se ofendió y le dijo que no necesitaba ningún consejo. Por consecuencia, el narrador dejó de intentar ayudarlo, pero no pudo alejarse de Toby por completo, al fin y al cabo, Toby era su amigo.
Un buen día, en el transcurso de un paseo campestre, los amigos fueron camino a un río, allí había un puente techado que decidieron cruzar. Al llegar al final del puente, había un molinete que impedía el paso, el narrador lo giró y pasó, pero Toby no estaba conforme con esa forma y decidió apostar su cabeza al diablo a que podía saltar el molinete por arriba y hacer una pirueta en el aire. Indudablemente, el narrador, lo desalentó diciendo que no lo iba a lograr, pero en ese momento aparece un personaje, el cual yo interpreto como el diablo en persona, quien desde luego motiva, desafía y acepta la apuesta de Toby. Entonces Toby saltó en lo alto, parecía que iba a lograrlo, pero al segundo, cayó de espaldas. Cuando el narrador se acerca a él, lo ve con el cuello cortado y descubre que había una barra de hierro con filo, que le cortó la cabeza.
Lo que más raro me resultó en el cuento, es su final donde el narrador dice que, al momento de la preparación del entierro, los familiares no quisieron cubrir los gastos, en consecuencia, él exhumó al señor Dammit y lo vendió como alimento para perros.
En esta ocasión, a lo largo del trabajo voy a indagar sobre el poder que tienen las palabras y como todo lo dicho tiene consecuencias.
II- Toby Dammit
Sigmund Freud4 establece que la personalidad está compuesta por tres agentes dinámicos: el ello (id), el yo (ego), y el superyó (superego)
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El ello o id es la parte más oscura, primitiva e inaccesible de nuestra personalidad. Esta parte contiene toda la fuerza pulsional, lucha por satisfacer los impulsos básicos de agresividad, supervivencia y reproducción. Es un agente totalmente inconsciente, irracional e ilógico, que desconoce los valores, sólo le regula el principio del placer, o sea, actúa siempre en el sentido de buscar placer y evitar el desagradable.
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El Yo o ego se maneja sobre el principio de realidad: busca la satisfacción del Ello pero de un modo más realista, lo que le dará placer a más largo plazo y le evitará el dolor y la destrucción, a esto Freud lo llama principio de realidad. El yo integra componentes conscientes, preconscientes e inconscientes. Si el yo incrementa el conocimiento de sus mecanismos, es decir, hace consciente el inconsciente, puede alcanzar cuotas de libertad. Es el que contiene pensamientos, recuerdos y juicios parcialmente conscientes.
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El superyó o superego emerge a partir del yo, consiste en la interiorización de las prescripciones paternas. El superyó es inicialmente la “voz de los padres”, la consciencia moral. Estas prescripciones acaban haciéndose inconscientes y devienen una instancia que vigila y controla el yo.
La información nombrada anteriormente me sirve para analizar el comportamiento del protagonista, Toby Dammit. Se observa muy claramente que el personaje principal actúa mediante el ello, esto es así porque él no tiene consciencia, ni noción del peligro al que se pone en riesgo, actúa mediante la necesidad de placer y en función de satisfacerlo. En este caso el yo ni el superyó intervienen en ningún momento para ponerle un límite. Mismo que si otra persona, en este caso, el narrador, quería poner límites en su vida o hacerlo entrar en razón, concientizarlo, hacer que su yo despierte, "despertándolo para que tomara conciencia de su situación", la reacción de Toby era como la de un niño:
“[...] se encogió de hombros [...] Aplicándose el pulgar a la nariz, juzgó oportuno realizar movimientos indescriptibles con el resto de los dedos. [...] Por último, poniendo los brazos en jarra, se avino a responder. Me vienen a la mente sólo los titulares de su discurso. Me estaría muy agradecido si me callara la boca. No quería que le dieran consejos. Despreciaba todas mis insinuaciones. Ya era bastante grande como para cuidarse solo. ¿Todavía lo consideraba un bebé? ¿Me atrevía a criticar su naturaleza? ¿Me proponía insultarlo? ¿Era tonto yo?”
¿Por qué digo esto? Los niños como los bebés, actúan en forma egoísta, todo y todos están para ellos, es decir, actúan bajo las indicaciones del ello. Pero a partir de los 4 o 5 años ya el niño comienza a enfrentarse con el mundo real donde el yo debe imponer algunos límites. Estos límites, no existían en el personaje de Toby, por eso es que Toby tomaba decisiones, que para todo el mundo resultan irracionales, como, por ejemplo, saltar un molinete. Para concluir Toby no tiene la capacidad de reconocer el valor que tiene su cuerpo y por eso es que no le importa arriesgarlo.
Estas decisiones de ponerse en peligro pueden haber sido tomadas ante la necesidad de una “diversión peligrosa”. Algunas personas están dispuestas a morir potencialmente para alterar su conciencia, la persona sabe que lo que está haciendo es peligroso, pero lo hace de todos modos, ya que el pensamiento crítico disminuye cuanto más alto se vuelve.
Ante esta situación y ante el análisis de la siguiente frase “apuesto mi cabeza al diablo que...”, obtengo varias conclusiones: Toby no reconoce el valor de la vida ni del cuerpo, ya que, al apostar su cabeza, está apostando lo más preciado del cuerpo humano. No es casualidad que el personaje de Toby Dammit apueste su cabeza y no otra parte del cuerpo. La cabeza es la que controla todo, desde las acciones que pasan por desapercibido hasta las más estrambóticas. La cabeza es la que contiene los pensamientos, el razonamiento, los afectos positivos y negativos, las emociones, sin cabeza no existe una persona.
III- El efecto de las palabras
Las palabras no son ni inocentes ni impunes, tal como dijo José Saramago5, en un discurso en 2004: “A las palabras hay que decirlas y pensarlas en forma consciente”. ¿A qué se refiere con esto? Las palabras y la elección de las mismas, tienden a generar un gran impacto en las personas y las emociones.
Las palabras son más que sonidos, las palabras moldean la mente para después convertirse en pensamientos o acciones, son tan poderosas que a través de ellas podemos crear o destruir, por eso su correcto manejo es de suma importancia. La forma en la que hablamos (la cantidad de palabras positivas o negativas que emitimos, nuestras quejas, nuestras alabanzas, nuestras muestras de gratitud, nuestros reproches...) tiene el potencial de incidir en nuestro comportamiento y nuestro estado de ánimo.
Un ejemplo en el que las palabras de una persona afectaron a la otra, es el siguiente: Había una vez un hombre muy trabajador y adinerado que salió de su casa para ir a comprar comida. Al salir se encontró con un hombre vagabundo que estaba en manga corta en pleno invierno, ante esta situación, el hombre adinerado le pregunta al vagabundo cómo hacía para tolerar el frío, a lo que el vagabundo le respondió que ya estaba acostumbrado, el hombre adinerado se sorprendió y le prometió al vagabundo que lo esperara, que le iba a buscar un abrigo. Al entrar a su casa, el hombre adinerado se olvidó del abrigo y continuó trabajando. A la mañana siguiente, el hombre adinerado sale de su casa y se encuentra con el cuerpo del vagabundo muerto y una carta que decía: “Yo nunca tuve problema en aguantar el frío hasta que usted me prometió el abrigo, en ese momento mi fuerza se concentró en su promesa y no en aguantar el frío”.
Esto demuestra, que las palabras pueden hacer la diferencia y pueden significar mucho para una persona, mientras que muy poco para la otra. La promesa de un abrigo no significó nada para el hombre adinerado, pero para el vagabundo significó todo, es más, se sujetó tanto a esa promesa que al final le costó su vida. Lo mismo sucede en “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo” cuando Toby se siente motivado por las palabras del diablo e ignora las palabras de su amigo, quien en realidad era el único que pensaba en su bienestar, también costándole su vida.
Hay otro momento dentro del relato “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo”, en donde el narrador dice esta oración:
"No trataré de defender mis palabras afirmando que eran profundas pues a mí tampoco me lo parecieron, pero he notado que el efecto de nuestras palabras no siempre es proporcional a la importancia que tiene ante nuestros ojos.”
En el cuento se puede observar claramente como las palabras dichas por el narrador hacia Toby, son insignificantes para él y conllevan a una relación en decadencia entre ellos. Mientras que el narrador quiere proteger a su amigo, Toby no quiere ni escucharlo, por lo que, lo ignora, lo maltrata o lo amenaza. Pero al minuto en el que aparece el diablo, Toby lo escucha y le presta atención, siendo así porque el diablo lo estaba motivando y no desalentando. A Toby no le importaba escuchar la verdad y lo peligroso que era saltar un molinete, él quería apoyo. Esto es algo que muchas veces pasa en la cotidianidad, las personas suelen elegir lo que quieren escuchar e ignoran lo que sucede realmente.
IIIA- La elección de las palabras
La fuerza de las palabras es tal, que no son necesarias demasiadas para causar una profunda alegría o una honda tristeza. Muchas veces basta una frase que valide una emoción que sentimos o un párrafo corto que ataque nuestro punto más débil. Por esto es muy importante la elección de palabras.
No siempre se trata sobre elegir las palabras que vas a decir a otras personas, también hay una elección al no decir nada, al pensar cosas para adentro, es decir, a nosotros mismos, al expresar amor, odio, mentiras. En todas esas ocasiones y muchas más estamos seleccionando qué decir y qué no.
Existe un proyecto llamado, proyecto virtudes6 que se basa en cinco estrategias, pero a mí hay una que me llamó la atención y es la siguiente: hablar el lenguaje de las virtudes. La manera en que hablamos y las palabras que utilizamos tienen un enorme poder para estimular o desmotivar. El lenguaje de las virtudes ayuda a sustituir el avergonzamiento o la culpa por la responsabilidad personal y el respeto.
Es el marco de referencia para sacar lo mejor de nosotros mismos y nos ayuda a llegar a ser la clase de persona que queremos ser. El lenguaje de las virtudes te permite usar el pensamiento lateral, ver realmente qué tenés delante y qué pasás por alto. Las expectativas te nublan, muchas veces no te permiten distinguir la realidad de la ficción, pero siempre podés aprender a ver con otros ojos, con otra actitud, con otra predisposición.
IV- Ley de atracción
La ley de la atracción es una ley filosófica que fue originada a mediados del siglo XVIII, y no tiene evidencias científicas ya que al basarse en los pensamientos no existe un fundamento científico actual que abale la idea. La ley de atracción se basa en el poder del pensamiento, es decir, si pensamos intensamente con optimismo y creemos que ocurrirá podemos convertirnos en el centro de atención de los pensamientos de los demás. James Allen7dijo:
“Los buenos pensamientos y acciones nunca pueden producir malos resultados; los malos pensamientos y acciones nunca pueden producir buenos resultados. El sufrimiento es siempre el efecto de un pensamiento equivocado en alguna dirección.”
Si analizo esto en el cuento se podría decir que Toby atrajo lo que él es: él no tomaba a nadie enserio, por lo que nadie lo tomaba enserio a él.
“Acto seguido tendió las palmas de las manos y se encogió de hombros. Guiñó el ojo derecho y repitió la operación con el izquierdo. Después cerró fuertemente los dos, y al instante los abrió tanto, que me preocupé seriamente por las consecuencias. Aplicándose el pulgar a la nariz, juzgó oportuno realizar movimientos indescriptibles con el resto de los dedos. Por último, poniendo los brazos en jarra, se avino a responder. Me vienen a la mente sólo los titulares de su discurso. Me estaría muy agradecido si me callara la boca. No quería que le dieran consejos. [...] Cuando decía: "Le apuesto a aquello", a nadie se le cruzaba por la mente tomarle la palabra”
La Ley de Atracción puede estar muy relacionada con lo mencionado anteriormente sobre el lenguaje de las virtudes. Ambos proponen pensar y decir cosas positivas, eliminar cualquier aspecto negativo en nuestra vida, si quiero ver amabilidad tengo que ser amable, y este punto es en el que digo que lo que uno es, lo atrae.
Por otro lado, si ahondo en la vida de Poe, puedo decir que él también atrae lo que piensa. ¿Cómo llego a esta conclusión? Poe escribía cuentos bajo los efectos del opio, es decir, no tenía un filtro en su escritura, en consecuencia, escribía lo que pensaba. Ahora bien, sus cuentos son cuentos de terror, en su gran mayoría, sé que él tuvo una vida en la que experimentó muchas muertes cercanas y eso lo llevó a alejarse de todos, de modo que sus pensamientos eran negativos. Por otro lado, Poe sufría, lo que ahora se puede denominar discriminación por parte de sus colegas escritores, debido a sus adicciones (al juego y las apuestas: ludopatía, al alcohol: alcoholismo y al opio), y sus formas de pensar, esto se suma a que como Poe era crítico literario, juzgaba los textos de autores reconocidos de la época, por lo que, esos escritores no se sentían cómodos con las críticas y lo atacaban verbalmente. Se puede decir ahora que Poe atrajo sus propios pensamientos, todo lo que lo perseguía en su mente, se transformó en realidad.
V- Profecía autocumplida o efecto Pigmalión
Las profecías autocumplidas son todos aquellos pensamientos predictivos que las personas tienen y que, una vez emitidos, se conviertan probablemente en la causa de que estos se realicen. Así, se genera una expectativa que terminamos cumpliendo.
Por su parte, aunque está relacionado con la profecía autocumplida, el efecto Pigmalión hace referencia a las creencias que tenemos sobre el comportamiento o rendimiento de otros. Así, la idea que nos hacemos termina condicionando cómo actúa la otra persona y, por tanto, cumpliendo nuestras expectativas.
Ambas se basan en lo dicho y pueden afectar a cualquier persona, sin importar sexo, edad, religión, etc. Según lo que leí, la palabra puede ser dicha por una persona cercana, como es el caso de un padre/madre e hijo, profesor y alumno o entre amigos, y también por alguien lejano, como la relación dada entre los famosos y sus fans o haters8 y va a influir en la conducta de la persona para que lo deseado termine ocurriendo, ya que la creencia va condicionando las respuestas y la manera de interpretar la realidad. En palabras de Stephen R. Covey, “Trata a una persona como es y permanecerá como es. Trata a una persona como puede ser y podría ser y se convertirá en lo que puede y podría ser”.
también la modificación de nuestra conducta, pero anticipando el logro que nos hemos propuesto, promoviendo así la confianza en las propias capacidades para controlar la situación y alcanzar los resultados deseados.
b. Negativa o también denominada “efecto Golem”: es la más dada. Las personas suelen anticipar la peor situación posible para prepararse a la hora de actuar en caso de que ocurra. Lo que no son conscientes es que, con ello, se dirigen a que ocurra.
A partir de lo que leí en “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo”, Toby anuncia una frase que a lo largo del cuento la repite explícitamente 4 veces en distintas situaciones:
“[...] apostaba su cabeza al diablo a que no me atrevería a repetir el experimento. [...] estaba dispuesto a apostarle su cabeza al diablo a que no sabía nada [...] enseguida apostó su cabeza al diablo a que yo me sentía deprimido [...] en el acto él apostó su cabeza al diablo a que lo hacía”
Esta frase la analizo como una profecía autocumplida ya que él está ofreciendo su cabeza al diablo, muchas veces no era directamente al diablo en persona hasta que en un momento de la historia este aparece y le acepta la apuesta, haciendo que se cumpla, ya que Toby se corta el cuello, por lo tanto, la cabeza. Por supuesto que al decir esta frase Toby no quería cortarse la cabeza y entregársela al diablo, para él era una frase que no tenía valor, pero a medida que la repetía, él iba actuando en base a esa frase llegado el punto en el que se cumplió.
VI- Conclusión
A lo largo del cuento, se presentan distintos tópicos (la violencia, los vicios, las apuestas, la pobreza, la negación, etc.) que impulsan al protagonista a apostar su cabeza al diablo. Al saber que Toby Dammit actúa bajo el regimiento del ello puedo indicar que él no tenía limites propios, propuestos por el yo, ni miedo a perder su vida. La cabeza es la parte más importante del cuerpo humano, es la que contiene el cerebro que controla absolutamente todas las funciones que se realizan, lo que me lleva a concluir que Toby no tenía miedo a perder su vida, pues si alguien le tomaba la palabra, como lo hizo el diablo, su cabeza se iba junto a su vida.
Sabiendo esto puedo concluir en que las palabras afectan de distintas formas a las personas y sus emociones, siendo para bien o para mal, por lo tanto, hay que elegirlas y pensarlas antes de decirlas. Una buena manera de hacerlo es implementando el lenguaje de las virtudes, que le permite a la persona identificar los momentos propicios para ayudar a que su interlocutor reflexione sobre sus propias virtudes y así poder ver la vida desde un punto de vista positivo. En el cuento Toby se sintió apoyado por el diablo por lo que no duda un segundo y salta el molinete, no presta atención a su alrededor porque escucha lo que él quiere, eligiendo no oír a su amigo quien quería protegerlo.
Esta situación de apostar su cabeza al diablo, puede ser analizada en dos formas distintas. Por un lado, está la ley de atracción, que se basa en los pensamientos de la persona y que la misma atrae, lo que es; atrayendo así la ‘entrega’ de su cabeza al diablo. Por el otro lado, está la profecía autocumplida, que en mi opinión es acorde a todo lo que sucede. La teoría de Pigmalión o la profecía autocumplida se basan en el decir, en este caso, lo dicho por Toby, que lleva a que
inconscientemente él actúe y se comporte limitado por su apuesta, para él en realidad no tenía valor lo que decía, pero a medida que la repetía, se estaba dirigiendo y acercando a su cumplimiento.
Ahora que termino de leer, analizar y escribir todo, me surge una última pregunta: Serán los personajes del relato “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo” las distintas facetas de la personalidad (yo, ello y superyó) que constituyen a un sujeto, ese sujeto siendo el autor, Edgar Allan Poe. Viendo al narrador como el yo, quien pone límites y trata de hacer consciente lo inconsciente, y a Toby como el ello, actuando sin importar las consecuencias, junto al diablo quien lo motiva en las acciones (directamente, al estar presente en ella, o indirectamente, cuando Toby lo nombra en sus apuestas).
VII- Bibliografía/ webgrafía
*Allan Poe, Edgar, Cuentos, “Nunca apuestes tu cabeza al diablo”, Madrid, Alianza Editorial, 1997, pp. 477 - 482, http://recursosbiblio.url.edu.gt/publilppm/Libros/2015/edgar-cuentos.pdf *Alonso, Alejandra, Definición de la semana: Ello, Y o y Superyó, https://www.psyciencia.com/definicion-de-la-semana-ello-yo-y-superyo/
*Vélez, María, El poder de las https://lamenteesmaravillosa.com/profecias-autocumplidas/ *Xtec, Elementos de http://www.xtec.cat/~lvallmaj/barrinou/freud/frement2.htm
1 Los principales efectos deseados del opio son: relajación, intensa sensación de bienestar y gratificación, ausencia de hambre, ausencia de dolor, sensación de soñar despierto, aumento de la capacidad de imaginar y percibir, mayor distancia crítica con respecto a las cosas internas y externas.
2 “Nunca Apuestes Tu Cabeza Al Diablo” o “Never bet the devil your head. A tale with a moral”, es un relato publicado por primera vez en Graham’s Lady’s and Gentleman’s Magazine, en septiembre de 1841.
3 El apellido del protagonista es desarrollado por Poe en una clave irónica y burlona: Dammit o sea, damm it (maldito, maldita sea en inglés).
4 Sigmund Freud (1856-1939) fue un médico austriaco considerado el creador del psicoanálisis.
5 José Saramago fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. Que en 1998 se convirtió en el primer portugués en obtener el premio Nobel de literatura.
6 El proyecto virtudes se fundó en el año 1991 por tres profesionales en el desarrollo comunitario: Linda Kavelin, psicoterapeuta y consultora de organizaciones; Dan Popov, psiquiatra pediátrico; y John Kavelin, director artístico de la Walt Disney Imagineering.
7 James Allen fue un escritor filosófico británico, nacido en 1864, conocido por sus libros inspiracionales y de poesía, y por haber sido un pionero en el movimiento de autoayuda.
8 Un fan es un Admirador o seguidor apasionado de una persona o cosa. Los haters, palabra que traducida al español es ‘odiador’, son personas que muestran sistemáticamente actitudes negativas u hostiles ante cualquier asunto.
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